jueves, 17 de abril de 2014

UNA TAZA DE CAFE

Una taza de café, un buen recurerdo, añoranzas; mientras en el campo, después de una noche lluviosa, se preparan los recolectores de café después de un fin de semana metidos en las casas de cita buscando las viejas mas buenas que han venido  a vender placeres; cigarrillos, trago, limon y soda y un tendido de putas para que engalanen esta mesa.
Después del desorden hay que trabajar, se acabaron los chavos, casi  borrachos recogen los canastos para ir al corte, el banderero marca el surco, el  administrador ordena su gente, para aquellos que están casi dormidos por el trasnocho les proporciona un buen vareta, esa marihuanita les da un buen rendimiento y no sienten el frió del cafetal ni la picaduras  del barbas de indio que son dolorosas, pero bueno suena el silbato y empieza la carrera, a coger café se dijo, por aquí que es mas derecho, ojo  ¡ grita el patrón ¡ solo el café maduro, el pinton queda para la próxima semana¡, parecen como poseídos OH claro poseídos por la vareta, vacano les dieron la dosis del día; Llega la hora del desayuno, chocolate  aguado para que rinda y una tostada, (los cogedores a esa hora están empapados con el agua de la noche anterior, embarrados por las caídas constantes, a unos pocos se les cae el café al suelo y a recogerlo,  ah claro estamos en ladera, aquí coger café no lo hace todo el mundo), en algunas fincas les dan calentado ahh que rico, bueno, terminado el desayuno continua la cogida y asi hasta el medio día, entre risas, chistes, y cuentos, llega el almuerzo, por lo regular sancocho, pero no es tres carnes, ni sancocho valluno ( de cola) no, es algo así como una revoltura de plátanos, algo de yucas y papa de la mas barata de esa guanosa o papa cidra, en sustancia de hueso carnudo, luego en medio de una horrenda nube de mosquitos van ha hacer la siesta bajo cualquier árbol que les de sombrío, hasta la una, donde se levantan canasto al cinto y otra vez al corte, hasta las tres que les llega un poco de agua con limón y por ahí entre semana  cualquier aguachocolate con una arepa, hasta las cinco de la tarde cuando empiezan a desfilar a veces por unos despeñaderos que dan miedo, agarrados  de la maleza para no votar el café que llevan en los bultos hasta la pesa, después de pesar el café lo llevan a la tolva en la maquina de pelar café, después alguno se bañan, fuman cigarrillos mientras llegan los frijoles, que delicia, frijoles con arroz y huevo algunas veces, chicharrón del mas barato,  otros no se bañan, para que, si la cáscara guarda el palo dicen, luego  juegan frijolito, parques o domino, mas tarde a dormir, van a los cuarteles, allí es la esencia, esos dormitorios son una sincronía de olores, pecueka, chucha, aliento a cigarrillo, allí se pierde el sentido de la vida, allí solo se piensa como el animal, en nada, sueñan con la putas que dejaron en la casa de cita aquella, hay que volver piensan.

Después de una semana de estar yendo, viniendo, trayendo y llevando, llegó el viernes, liquidación y esperar el sábado para repetir la historia.

Datos e historias recolectada por mí en algunas fincas y narradas por sus actores, además, cuentan historias que no se podrían publicar; entre los recolectores, encontré: niñas y niños menores claro recolectando café en compañía de los padres y a veces hasta con sus abuelos, además encontré mujeres que velan por sus familias, abuelos y abuelas de más de 70 años, personas del tercer sexo, tribus de indígenas enteras, además las fincas donde recolecté esta información, tratan muy bien todo el personal y están atentos a cualquier accidente o necesidad de los recolectores, pero esto, me contaban se da en muy pocas fincas, las mas organizadas.

E l patrón hace cuentas, cuanto me gasté, cuanto me queda, esta cosecha estuvo muy mala, el invierno la daño o fue el verano ya no recuerdo cual fue el cuento de la cosecha anterior pero bueno hay que chillar, eso si porque finquero que no chille no es finquero.

Bueno volvamos al personaje principal de esta historia, después de lavado, el café va a la elba, donde atrapa el calor del sol, donde esas ondas creadoras se matizan en tan hermoso grano, es donde los Dioses del sabor dejaron su aroma cuando estuvieron en esta tierra,  luego es empacado, llevado al mercado y vendido al mejor postor, puede ser en la cooperativa de caficultores o en otra compra, a lo mejor no es el mejor precio, quizás  allí lo vende porque  les han subsidiado durante la cosecha; para luego ser tostado y posterior molido, ese grano que en su historia tiene muertos, risas, filósofos, chistes, amores, trago y mercaderiotas de todo tipo,  tostadores especiales y molenderos, historia que se vive desde la siembra del café, deshierbas , recolección, ese rojo grano cultivado por liberales, conservadores, blancos y negros, ese rojo grano que ha sido testigo de amores, de guerras, de muertes y que posteriormente será empacado y distribuido en los mercados de Colombia y el mundo, ese grano seco que atrapo el cosmos en su interior , que atrapo el  Dios del sabor y del aroma en su interior, es la taza de café que hoy nos tomamos acompañada de un buen recuerdo o una añoranza o que desfilan por nuestros recuerdos un sin número de visiones de nuestro amado pueblo, su neblina pintando figuras cundo se la engulle la montaña, el olor a cafetal, combinado con jazmín de noche o tal vez el aroma de azahares en las mañanas de nuestro campo o el ruido de sus riachuelos en las silenciosas y frescas noches.

Sevilla ha sido: Capital Cafetera de Colombia, y nunca hemos visto progreso producto del título endilgado, producimos del café más suave del mundo, pero nos tomamos el café más amargo (pasilla) fue la ciudad más violenta del País, título que nos ganamos por los políticos de la época, cuando imponían su color a punta de pistola.
 Hoy estamos en paro por las indolencias gubernamentales, de querer quebrar los pequeños caficultores para así desaparecer el titulo otorgado por la unesco, de paisaje cultural cafetero, quebrados los pequeños caficultores se acaba el café, desaparece el titulo y luego minería a destajo y nuestro suelo envenenado y vuelto mierda.
Hace un tiempo, al café le dio roya, hace poco lo ataco la broca, luego el tenaz invierno ha ido exterminando el preciado grano, ha ido muriendo lentamente, esos Dioses del  sabor y de la aroma  nos han abandonado, el café va muriendo lentamente y con el  mi amado pueblo.

Respiremos PAZ  para transmitirla, cual enfermedad  virulenta, para que todos nos contagiemos de PAZ.



jairvalenciagaspar@yahoo.es    

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