HAMBRE, INDIGENCIA, POBREZA Y ESTADO SOCIAL DE
DERECHO
En la puerta de un gran banco vi una familia
compuesta por cinco pequeños que oscilaban entre 2 y 10 años y su madre, flacos
descamisados y sucios. Compartían unas
pocas monedas y un gran trozo de pobreza, las monedas se las guardaba el mayor,
el hambre la repartían en trozos iguales, de tal manera que el trozo mas grande se lo comía
el mayor, porque la falta de comida hace que su cerebro le ordenara sobrevivir,
no importa que los menores fueran muriendo lentamente de desnutrición y
finalmente de inanición, seguramente ellos pensaban en medio de su indolencia
mental que para el gobierno es mas barato pagar el entierro de estas victimas
del hambre, que sostenerlas en indigencia, pensaban que, entre los grandes y
los pequeños, quiene debe sobrevivir, siempre es el mas grandes, que al fin y
al cabo, los pequeños por ser pequeños sienten menos hambre, menos frió, y
que los pequeños nunca han conocido de
mariscos, de pan francés, de wiskey de champag, ni de grandes cenas con caviar.
Que ellos solo saben ser un estorbo para la sociedad, que se alimentan de
hambre y que la pasan con grandes sorbos de amargura, que en lugar de agua
beben tristezas, que cuando tiene sed,
toman grandes tragos de desesperación. Y
no es de natas, ni tiramizu, ni tres leches, su postre, es de locura, de
desesperanza, de inapetencia por la vida. Por eso la gran mayoría inhala
pegante, como cobertor y poder disimular el frió, se les ve como entes, caminar
sin rumbo, son dueños de nada, ni siquiera de sus cortas existencias que exponen DIA a DIA por las calles, en busca de
que algún matón les haga la caridad y les quite la vida, pero una bala es
demasiado costosa para ellos.
Lo mas indignante es que el Estado Social y de
Derecho, permite esta serie de actos que creía, se veían solo en las películas,
recordé que estando una vez por Bogota me invitaron a llevar mercados a dos
horas, donde termina la ultima casita de ciudad bolívar, allí, donde no hay
indigencia, porque los indigentes son ricos, allí donde no hay estratos
sociales, donde esos satánicos estratos sociales están muy por debajo de cero, allí
donde no hay casas de cartón como las de la canción de Piero, allí solo hay plásticos
que no pueden cubrir el frió, allí no hay agua, el agua se las venden a $1000.oo el litro, donde cocinan en cocos de
leche klim, los que tienen que comprar en las chatarrerías , allí cocinan agua
con pasto y papel periódico y un poco de sal. Que buena alimentación, sobretodo
muy balanceada, para niños que apenas forman su cerebro, futuros atracadores,
ladrones, paramilitares, guerrilleros y delincuentes comunes, ahhh a quien le
interesa esto, esto no le interesa a nadie, ni siquiera a los actores que son
ellos mismos, la vida no vale mucho, para los gobiernos son un estorbo, es
mucha la plata que tienen que invertir en la recuperación de estas gentes. Bien
lo dijo Obdulio Gaviria, aquel elefante que paso por palacio de Nariño y que
aun su fantasma se balancea en las
cuerdas de palacio, aquel, ese de los renacuajos fiesteros, el
columnista, el que dijo que era mejor acabar con los pobres, porque son
semilleros de guerrilla. Para el lumpen, la indigencia y los pobres……pobres de
menos de estrato cero, la vida no vale nada, la vida vale lo que vale un mendrugo
de pan.
Es todavía más urgente proclamar, con voz decidida, que sólo la paz
es el camino para construir una sociedad más justa y solidaria. SS. Juan Pablo II
jairvalenciagaspar@yahoo.es
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