viernes, 28 de febrero de 2014

HAMBRE, INDIGENCIA, POBREZA Y ESTADO SOCIAL DE DERECHO


En la puerta de un gran banco vi una familia compuesta por cinco pequeños que oscilaban entre 2 y 10 años y su madre, flacos descamisados y sucios.  Compartían unas pocas monedas y un gran trozo de pobreza, las monedas se las guardaba el mayor, el hambre la repartían en trozos iguales,  de tal manera que el trozo mas grande se lo comía el mayor, porque la falta de comida hace que su cerebro le ordenara sobrevivir, no importa que los menores fueran muriendo lentamente de desnutrición y finalmente de inanición, seguramente ellos pensaban en medio de su indolencia mental que para el gobierno es mas barato pagar el entierro de estas victimas del hambre, que sostenerlas en indigencia, pensaban que, entre los grandes y los pequeños, quiene debe sobrevivir, siempre es el mas grandes, que al fin y al cabo, los pequeños por ser pequeños sienten menos hambre, menos frió, y que  los pequeños nunca han conocido de mariscos, de pan francés, de wiskey de champag, ni de grandes cenas con caviar. Que ellos solo saben ser un estorbo para la sociedad, que se alimentan de hambre y que la pasan con grandes sorbos de amargura, que en lugar de agua beben tristezas,  que cuando tiene sed, toman grandes tragos de desesperación.  Y no es de natas, ni tiramizu, ni tres leches, su postre, es de locura, de desesperanza, de inapetencia por la vida. Por eso la gran mayoría inhala pegante, como cobertor y poder disimular el frió, se les ve como entes, caminar sin rumbo, son dueños de nada, ni siquiera de sus cortas existencias que  exponen DIA a DIA por las calles, en busca de que algún matón les haga la caridad y les quite la vida, pero una bala es demasiado costosa para ellos.

Lo mas indignante es que el Estado Social y de Derecho, permite esta serie de actos que creía, se veían solo en las películas, recordé que estando una vez por Bogota me invitaron a llevar mercados a dos horas, donde termina la ultima casita de ciudad bolívar, allí, donde no hay indigencia, porque los indigentes son ricos, allí donde no hay estratos sociales, donde esos satánicos estratos sociales están muy por debajo de cero, allí donde no hay casas de cartón como las de la canción de Piero, allí solo hay plásticos que no pueden cubrir el frió, allí no hay agua, el agua se las venden a  $1000.oo el litro, donde cocinan en cocos de leche klim, los que tienen que comprar en las chatarrerías , allí cocinan agua con pasto y papel periódico y un poco de sal. Que buena alimentación, sobretodo muy balanceada, para niños que apenas forman su cerebro, futuros atracadores, ladrones, paramilitares, guerrilleros y delincuentes comunes, ahhh a quien le interesa esto, esto no le interesa a nadie, ni siquiera a los actores que son ellos mismos, la vida no vale mucho, para los gobiernos son un estorbo, es mucha la plata que tienen que invertir en la recuperación de estas gentes. Bien lo dijo Obdulio Gaviria, aquel elefante que paso por palacio de Nariño y que aun su fantasma se balancea en las  cuerdas de palacio, aquel, ese de los renacuajos fiesteros, el columnista, el que dijo que era mejor acabar con los pobres, porque son semilleros de guerrilla. Para el lumpen, la indigencia y los pobres……pobres de menos de estrato cero, la vida no vale nada, la vida vale lo que vale un mendrugo de pan.


Es todavía más urgente proclamar, con voz decidida, que sólo la paz es el camino para construir una sociedad más justa y solidaria. SS. Juan Pablo II


jairvalenciagaspar@yahoo.es 

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